El MP 26, línea interna del PJ que lidera el intendente, repudió el escrache al domicilio de Halle. La protesta había sido realizada por vecinos que critican el aumento de tasas. La agrupación hizo suyas las palabras del periodista Rogelio Alanis para fustigar al escrache: “Es la versión politizada de la patota”, definió el santafesino, según cita el MP 26.

La agrupación justicialista MP 26 (Movimiento Peronista 26 de julio) repudió a través de un documento el escrache que un grupo de vecinos realizó frente al domicilio del intendente José Carlos Halle, en contra del aumento de las tasas.

El MP 26, que lidera Halle, cuestionó enfáticamente “la actitud de un grupo de vecinos que, en desacuerdo con una medida tomada por un gobierno elegido democráticamente, optaron por el camino del insulto y la injuria a la persona de José Carlos Halle y, lo que es más grave, a su familia”.

La agrupación se preguntó “¿cuál es el derecho que invoca este grupo de vecinos prodigando esa violencia a los hijos del Intendente que nada tienen que ver con la responsabilidad pública que ejerce su padre?”. “Sin dudas, desde cualquier punto de vista, la actitud cobarde de juntar fuerzas para insultar a alguien en situación de vulnerabilidad, en su hogar, debe ser repudiada”, subrayó el documento que llamó a tener “en claro” que el disenso y la diferencia de opiniones “constituyente una pata indispensable de la vida en democracia”.

Escraches y escraches

“Pero ese disenso debe enmarcarse en el respeto, la tolerancia que permitan entablar un diálogo”, método bien distinto de “insultar a una familia o tocar el timbre hasta romperlo”, continuó el texto que hizo suyas las palabras de un periodista santafesino particularmente antiperonista como es Rogelio Alanis.

El comunicador, aludiendo a otros escraches, modalidad de protesta que lleva en la Argentina el sello de los organismos de Derechos Humanos, definió al escrache como “una actitud patoteril, puesto que invocando causas ‘justas’ se actúa al límite del delito”.

En el documento del MP 26 continúa Alanis: “El escrache es la versión politizada de la patota. La patota y el patotero son dos versiones canallas de la vida cotidiana. El escrache es lo mismo que la patota con la sutil diferencia de que los patoteros en este caso se justifican invocando una razón política. El patotero y el escrachador no son diferentes en lo que importa, es decir en el ejercicio de la violencia alevosa y cobarde. Lo que distingue a uno de otro es la retórica disfrazada de ideología”.

“El patotero supone que sus acciones no tienen nada que ver con la política; el escrachador se justifica a sí mismo invocando argumentos políticos que transformarían un acto cobarde y miserable en una causa justa. Desde el punto de vista estrictamente político, el escrachador es más peligroso que el patotero porque uno viola el Código Penal mientras el otro viola la convivencia social”, dijo Alanis, citado por el documento.

Finalmente, Alanis –citado por la agrupación- repudia el escrache al que define como “autoritario y fascista, donde una minoría pretende imponerse y actuar por ‘mano propia’ agrediendo los pilares del sistema democrático y la convivencia social”. Esa modalidad de protesta que tradicionalmente ejercieron los Hijos ante la falta de justicia y que distintos sectores políticos y sociales, incluyendo a militantes de la agrupación que firma el documento, acompañaron en Paraná.

Retomó la palabra la militancia peronista de Paraná para reivindicar la democracia “como el mejor sistema para la vida en sociedad y repudiamos cualquier tipo de actitud, como la de anoche, que vaya en desmedro del mismo”.

El texto lleva las rúbricas de Griselda Ascúa, Rita Nieva, Iván Chabrillón, María del Carmen Duré, Pamela Portela, Alejandra Escura, Aníbal Cardozo, David Centurión, Patricia Magni, Javier Pagana, Jésica Sosa, entre otras.

(Página politica)

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