Un bloqueo de los trabajadores impidió ayer la salida de Clarín. Los trabajadores gráficos denunciaron por la «persecución sindical que sufren los delegados, quienes son rodeados en todo momento por patovicas». El grupo dice, cínicamente, que la culpa es del gobierno.

El Ministerio de Trabajo de la Nación convocó al Grupo Clarín y a los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR) a una reunión que se celebrará hoy para conformar «un espacio de conciliación entre las partes», luego de la protesta que ayer domingo impidió la salida del matutino.

Asimismo, la cartera laboral informó que designará «a un inspector para relevar y constatar los incumplimientos denunciados sobre el desarrollo de actividades sindicales en la empresa». Es que los trabajadores de AGR, empresa que pertenece al grupo, acamparon desde las 22.30 del sábado junto a sus familias frente a la planta ubicada en Zepita 3220, en el barrio de Barracas, para reclamar por la «persecución» que se lleva a delante por la patronal contra los delegados sindicales.

En un comunicado de prensa de los trabajadores, se expresa que la protesta y bloqueo de las puertas de la empresa del grupo Clarín se debe la «persecución sindical que sufren los delegados, quienes son rodeados en todo momento por patovicas y a los que no se les asignan tareas laborales».

«La pretensión no era que no salga Clarín ni impedir que expresen sus ideas, al margen de que no estamos de acuerdo con ellas, sino que el objetivo era enviar un mensaje a los directivos para que Clarín no siga apretando trabajadores», resumió el delegado gremial Luis Siri a sus compañeros en la asamblea que se llevó a cabo ayer y en la cual se decidió levantar la medida.

Magnetto y Cía. no toleran la organización sindical de sus trabajadores y, como expresan los periodistas del diario -lo que se hace extensivo a los gráficos-, «las tareas de redacción se hacen como si estuviéramos dentro de un regimiento militar». De hecho, varios años atrás la empresa echó a todos los miembros de la comisión interna y del cuerpo de delegados y hoy es la única empresa mediática que carece de representación gremial entre los trabajadores de prensa. Y aunque existen resoluciones judiciales sobre el reintegro de esos trabajadores, la empresa se niega a acatarlas.

Vista desde esta perspectiva, la medida de los trabajadores de AGR -donde se imprimen Clarín y otras publicaciones del grupo- es perfectamente genuina.

Sin embargo, tanto Clarín como La Nación hay preferido endilgar sus propios problemas y su propia intolerancia gremial al gobierno.

La Nación, en tu nota de tapa de hoy («Inacción y silencio del gobierno ante el ataque a…»), señala que «las fuerzas políticas de la oposición, intelectuales y dirigentes empresarios condenaron el bloqueo que realizaron empleados gráficos y sindicalistas de Camioneros», al tiempo que «responsabilizaron por ese hecho a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a la ministra de Seguridad, Nilda Garré».

A su turno, Clarín difundió un comunicado en el que expresa que «es evidente que el bloqueo de ayer contó con la sugestiva inacción de las fuerzas de seguridad, traducida en la falta de una orden política de las autoridades del gobierno nacional para resolver la situación».

En la nota de tapa de su edición de hoy («Duras reacciones y repudio por otro apriete a los medios»), el diario de Magnetto-Noble se lamenta porque «por primera vez en sus 65 años de historia, un bloqueo a su planta impresora impidió que Clarín fuese distribuido un día domingo, el de mayor circulación para los diarios.

Aunque reconoce que en lugar del bloqueo había «madres con hijos pequeños -familiares de empleados de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR)», «mujeres con sus bebés y niños (que) instalaron una carpa, reposeras y víveres», el diario se indigna porque «el Gobierno no hizo nada para evitarlo”.

Luego, cínicamente, el diario afirma que «resulta falso lo expresado por quienes buscaron enmascarar el hecho en un pretendido reclamo laboral (en alusión a lo planteado por los trabajadorres de AGR), por cuanto no existen conflictos colectivos en ninguna de las empresas de Clarín».

Cabe consignar que el grupo fue citado varias veces por la justicia laboral, tanto en lo que hace a los delegados despedidos años atrás como respecto de los reclamos de en AGR; sin embargo, es su modus operandi no concurrir a estas audiencias sino con representantes legales sin poder de decisión, lo que provoca la dilación indefinida de los procesos.

(Diario Registrado)

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