Por Juancho Militante. El conflicto desatado por el campo con el gobierno del año pasado, se inició con una actitud muy violenta como son los cortes de rutas. Para seguir con tomas violentas de comunas. Desabastecimientos a las ciudades e industrias cárnicas, donde no podían llegar los alimentos y había que sacrificar las aves. Aumentos de precios, pérdidas de grandes cantidades de leche que no podían llegar a las industrias lácteas, inflación generalizada, etc.

Luego del acto ante el monumento a los españoles, donde la mesa de enlace se declaró ganadora con el voto no positivo de Cobos. Llegó una calma tensa pero calma al fin. Seguidamente se desató la gran crisis financiera en Wall Street, corazón financiero de los EE.UU, donde los precios de las materias primas se derrumbaron y con ellas también los precios de la soja.

Como si esto fuera poco, la sequía mostró su rostro más feroz, arrasando con cultivos y animales. Es decir agrediendo a nuestra producción primaria.

El precio de la soja se ha recuperado bastante oscilando últimamente entre los $ 850 y $ 900.

Decíamos en la columna anterior que los que tienen en sus manos (acopiada en silos bolsas) entre doce y quince millones de toneladas de soja, son unos 2000 productores que ya han sido detectados por organismos del Estado.

También decíamos que las retenciones y otros impuestos sobre esa soja que aún se mantiene sin vender, le quitan los fondos al Estado para poder ayudar como la situación demanda a muchos pequeños productores a los que nada les significa que bajen las retenciones, porque ya no cuentan con granos por vender. Señalando que a los que si les favorecería una baja de las retenciones es a los poseedores de soja ensilada. Es decir acaparada.

Al no contar el Estado con los fondos derivados de la venta de la soja, se ve imposibilitado de ofrecer una ayuda contundente, hasta que esta soja no se venda.

Pese a esta situación el gobierno ha comenzado a ayudar con todos los fondos con los que en la actualidad cuenta, a los productores más golpeados por la sequía.

Esta situación de ayuda directa del gobierno a los damnificados ha provocado la ira de un grupo de productores que solo acepta como medida de gobierno una baja en las retenciones. Que como ya se explicara, no le sirve a la inmensa mayoría de los productores que ya vendieron su soja y que requieren de otro tipo de ayuda directa adecuada a su situación provocada fundamentalmente por la sequía.

Lo que más les provoca la ira, es que la ayuda del gobierno descomprima la situación de enojo generalizado. Y que los hoy desesperados pequeños productores, puedan recuperar la reflexión. Esos pequeños productores que son los más pobres y los que no pueden salir adelante sin ayuda directa, son los que siempre se alistan para subir a las rutas dispuestos a cortarlas. Es decir, los que ponen el pecho.

Los que solo quieren una baja de las retenciones necesitan de los más pequeños en situación de enojo y dispuestos a todo, para que sean la infantería que enfrente en las rutas al gobierno representado por la gendarmería. Esto, es así de clarito.

Estos pequeños productores son los clientes de los productores con silos bolsa repletos de granos.

Demás está decir que si logran el objetivo de conseguir una baja en las retenciones, no van a ofrecer ninguna ayuda a quienes pusieron el pecho en las rutas. Los beneficios serán solo para ellos. Para los que siempre se benefician de las luchas ajenas. Los que tienen un comportamiento manipulador y especulativo.

Ante la ayuda directa del gobierno nacional se ha desatado una segunda ola de violencia que consistió en el posible incendio a manos de productores de la Sociedad Rural de Morteros (que está investigando la justicia), disconformes porque Guillermo Moreno dio una charla para productores en ese local. Además de los escarches a parlamentarios oficialistas de estos días, en represalia porque el gobierno le ha quitado a la FAA, la comercialización de las cartas de porte, que años atrás les concediera el ex Ministro de economía Domingo Felipe Cavallo. Ahora el gobierno ha instrumentado en reemplazo, otro mecanismo que garantiza mayor transparencia y combate más eficazmente la posibilidad de ventas de granos y productos en tránsito, de forma irregular.

Todos sabemos en este país, con una larga historia de violencia política, lo que le sigue a una ola de violencia provocada por una parte. Máxime que este es un año electoral, donde la disputa política ya es de por si un caldo de cultivo más que nutritivo para la proliferación de encuentros violentos entre los que sostienen posiciones antagónicas.

Semejante crisis económica mundial requiere de los países más débiles toda la estabilidad política que se pueda construir.

Abandonar la escalada violenta debe ser el imperativo de la hora, como la base para llegar a entendimientos provechosos y productivos.

Cosas vedere Sancho.

Juancho Militante

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