Artemio López. Las superalianzas que se explicitan en los medios opositores mediante grandes titulares y voces embriagadas de pasión, parecen mostrar una de las condiciones por las cuales el oficialismo tiene chances ciertas de repetir el escenario 2005.

El pasado jueves en el sur marplatense se dieron cita varios de los integrantes del Movimiento Productivista Argentino (MOPA), en particular los seguidores de Luis Barrionuevo, que organizó el tradicional asado para iniciar las no menos tradicionales conspiraciones 2009.

En líneas generales, los compañeros conspiradores, con quienes me une un mutuo respeto, comentaban con este servidor en el emblemático bar sureño La Vereda de Vicente, que el asado había resultado un fiasco. Se ausentaron varios jugadores del dream team productivero: Francisco “El Pibe Valderrama” de Narváez y el “Payador Perseguido” Felipe Solá, entre los fantasmas más prometedores. El frustrado encuentro campero sólo contó con la presencia estelar de Eduardo Duhalde, gran armador conurbanero e intrépido cazador de escualos de gran porte; los señores Chicho y Chiche, Basile y Aráoz, respectivamente, junto a un puñado más del oxímoron de viejos representantes de la nueva política de los últimos treinta años.

Los motivos de las ausencias fueron diversos: el Payador, celoso del jóven entrepreneur Mauricio Macri; El Pibe Valderrama, celoso del protagonismo que se autoadjudica el Hermanito Solá en cada capítulo de su novela presidencial, y ambos finalmente desairados con el intrépido cazador de escualos, que, de paso, para atenuar conflictos internos, salió a bancar ecuménicamente las candidaturas presidenciales de Merluza Solá, pero también de Don Gato De la Sota, el tan enigmático como correcto Hermes, el compañero Mussa y demás estadistas existentes en las góndolas 2011, excluyendo solamente al buenazo del Doctor Néstor Carlos –que igualmente ofreció “la otra mejilla con amorrrrr”– y silenciando la existencia del corredor santafesino y nuestra Lilita de Lazzari, que, tal vez despechados con el ninguneo de Duhalde, parecen haber iniciado un romance veraniego.

Estos enredos de vedettongas, típicos de las comedias estivales del gran Jorgito Corona, muestran la provisoriedad de estos “kilométricos armados”, cuyo fin para el “peronismo disidente”, parece ser competir por el centimil de diarios y revistas frente a la ofensiva mediática constante y arrolladora de la insuperable Lilita, que, hay que recordar, ya juntó diez millones de votos y va por diez millones más, en su coaligante imaginería junto a “Los Gerardos”, Morales y Conte Grand, el bulldog náutico Murphy y el Toti Flores, nuestro piquetero republicano, único en su especie que rechaza la ayuda estatal para no ser “sometido al clientelismo” (como nos advirtiera recientemente Beatriz Sarlo) y, además, próximo ministro de Acción Social y Promoción Social de la presidenta Carrió.

Sucede que estas superalianzas que se explicitan con sagrada furia en los medios opositores mediante grandes titulares y voces embriagadas de pasión, pero que aún no pueden plasmar la tan necesaria como tradicional choriceada, parecen mostrar una de las condiciones por las cuales el oficialismo tiene chances ciertas de repetir el escenario 2005, acercándose al 39% de los votos nacionales: no hay rivales competitivos a la vista.

El autor es Director de la Consultora Equis

Agencia Paco Urondo

——————————–

Para suscribirte con $ 1500/mes a LNd hace click aquí

Tendencias