Diputados radicales se reunieron con el arzobispo Maulión para analizar el proyecto que elaboraron sobre una Renta Básica de Ciudadanía. La iniciativa consta de 20 artículos en los que se propone la asignación universal para todas las personas que acrediten su residencia permanente en el territorio provincial.
El bloque de diputados provinciales de la UCR se reunió con el arzobispo de Paraná, Mario Maulión, para analizar los fundamentos y propuesta para una Renta Básica de Ciudadanía, mecanismo institucional que consagraría para los entrerrianos el derecho a la alimentación y a un ingreso mínimo indispensable para el desarrollo material independiente de subsistencia, plasmado en un proyecto de ley presentado hace un par de meses atrás.
“Hay coincidencias con ciertos sectores de la Iglesia respecto de las perversas consecuencias que flagelos como la pobreza y la exclusión provocan en nuestra sociedad. No podemos defender la causa democrática republicana sin diseñar y crear instituciones que efectivamente sean inclusivas y generen verdaderas oportunidades de desarrollo para todos”, dijo el legislador Marcelo López en un comunicado enviado a Página Política.
El proyecto de ley presentado a Maulión consta de 20 artículos en los que se propone la asignación universal de una “prestación económica, denominada Renta Básica de Ciudadanía, que se hará efectiva a todas las personas que acrediten su residencia permanente en el territorio provincial, y en una cuantía suficiente para satisfacer sus necesidades básicas de subsistencia”.
Los fundamentos de la iniciativa hablan de que “quien no tiene garantizado como un derecho la mínima posibilidad material de una vida digna no es libre, no puede elegir en condiciones de igualdad frente a otros, y por lo tanto no es un ciudadano en plenitud. Es una víctima del sistema, presa fácil de los poderosos de turno y de quienes aspiran a serlo, que no resisten la tentación de trocar dádivas ocasionales y esporádicas a cambio de apoyo político”.
El texto ahonda además en que “la dimensión ética y solidaria de la política queda herida de muerte, sustituida por un utilitarismo perverso basado en el ‘sálvese quien pueda’”.
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