Los ex detenidos desaparecidos Julio César Bergamachi, Manuel Ramat y Juan Wursten ratificaron la participación en tormentos y apremios ilegales de los represores Alberto Rivas, Carlos Horacio Zapata, Oscar Ramón Balcaza y Oscar Ramón Obaid, detenidos en las últimas horas en el marco de la Causa Área Paraná. Además, sindicaron al ex miembro de la Unidad Penal de Paraná como el encargado de trasladar a los secuestrados a Comunicaciones, para ser torturados; al suboficial del Ejército como uno de los responsables del campo de concentración y a Mario Moyano como el médico que los revisaba luego de los vejámenes que padecían.
Indica Análisis que uno de los demandantes por el delito de apremios ilegales, Julio César Bergamachi, hizo un repaso de los hechos ocurridos durante su detención. “Balcaza se dedicaba a informarnos a mí y a otros compañeros que íbamos a ser trasladados. Nos sacaban de nuestras celdas de la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, nos llevaban al patio intermedio que está entre pabellón grande y la enfermería, ahí nos encapuchaban, nos esposaban y nos conducían a un móvil, que por lo general eran vehículos oficiales de las Fuerzas Armadas”, recordó.
“Una vez arriba del móvil el destino era Comunicaciones. Se preguntarán el por qué de tanta certeza, y es que hay un detalle: un sonido que nos ha quedado muy grabado, que es el del vehículo al traspasar sobre las vías del paso a nivel que está en Monte Caseros e Ituzaingó. Cuando íbamos era un ruido terrible, porque sabíamos que íbamos a la tortura, a la golpiza o al maltrato”, continuó.
Bergamaschi explicó además: “Una vez llegados al lugar, éramos encerrados a empujones y patadas en el calabozo de Comunicaciones y nuestra estadía en ese predio podía ser de hasta una semana. Éramos interrogados bajo tortura, bajo presión psicológica, mal comidos, sin asistencia médica, hasta que llegaba la orden de regreso: se nos volvía a encapuchar, esposar, subir al vehículo y regresábamos a la Unidad Penal”.
Para el ex detenido, el ruido de las vías era diferente: “Ese sonido que antes era la antesala de algo terrible, a la vuelta nos generaba otras sensaciones. Siempre, en mi caso, el que me anunciaba los traslados era el señor Balcaza”, ratificó.
Por su parte, Manuel Ramat, otro de los querellantes, calificó como «sumamente auspicioso» que se sigan las denuncias, aunque muy lentamente «porque los que han sido detenidos están denunciados desde hace 30 años”. De todos modos destacó que “es importante que esto avance; gracias a la querella, a los organismos de derechos humanos y a los familiares, está empezando a dar resultados”.
“Todas las personas que han sido detenidas tienen un alto grado de responsabilidad. Hay muchos compañeros que todavía están desaparecidos, de los cuales sus familiares todavía no tienen respuestas, por eso creo que tienen muchas respuestas que dar en ese sentido. Es una deuda que se está empezando a saldar”, expresó.
Finalmente, según publicó diario Uno, Juan Wursten rememoró que “(Oscar) Obaid era uno de los responsables del campo de concentración. Lo conocía porque yo vivía en La Floresta y el vivía al frente de mi casa. Le decían El Turco. Lo conocí porque él me decía que era amigo mío y que conocía a toda mi familia”.
“Un día nos sacaron, alrededor de las cuatro de la tarde, yo estaba desnudo y atado de pies y manos, y me pusieron arriba de un hormiguero. Pasaron un par de días, me afeitaron, estaba en llagas vivas y me llevaron de nuevo a los cuarteles. En la cárcel me atendió el médico (Hugo Mario) Moyano, le pedí que anotara todo lo que tenía y él me contestó que agradeciera que estuviese vivo”, agregó.
Wursten, antes de que se le quebrara la voz, relató que la sensación no es de felicidad: “Quizá me sienta contento cuando aparezcan los cadáveres de todos los compañeros que estamos buscando con las madres”.
(La Nota digital)













