En la lectura de los números del Presupuesto 2010, el ex legislador Juan Carlos Arralde (UCR) ve que “Entre Ríos se encamina hacia la inviabilidad”. Dice que la gestión del gobernador “hace agua” y que el barco se mantiene a flote “por los parches que la Nación le pone cada tanto”. Pide «ajuste» y reclamos a la Nación. Qué sucederá con los salarios públicos en 2010.
Convivir con una deuda pública provincial consolidada de más de 3.800 millones de pesos amortizable a corto y mediano plazo; cerrar el ejercicio económico con un déficit fiscal que “superó todos los cálculos y quedó cristalizado” en el presupuesto en “la friolera” de 580 millones; soportar una “firme y creciente” demanda salarial del sector público que puja por un “inevitable” incremento durante 2010; y además no detener la obra pública para no “enfriar” la economía provincial, constituye para Arralde un “combo de ribetes explosivos para el gobierno entrerriano si no se adoptan medidas serias y efectivas que logren torcer este proceso indetenible de deterioro financiero”.
El ex senador y ex convencional constituyente de la UCR observa que el gobernador Sergio Urribarri “recién comienza a advertir el ahogo financiero que acecha a la gestión”. Lo afirma tras observar que no se atendieron los reclamos salariales durante 2009; que la Legislatura adhirió a la Ley de Financiamiento que excepciona del corsé impuesto por la Responsabilidad Fiscal sancionada en 2003 (se habilita a tomar deuda por más del 15% del total de los ingresos); que se requirió de un auxilio extraordinario de la Nación para cancelar el medio aguinaldo del fin de año; que se demoró el cronograma de pagos de haberes de enero y que se precipitó el debate en torno al reclamo de desafectación y “federalización” de los fondos especiales de la Cafesg.
“Con semejante cuadro, la inviabilidad de la provincia esta a la vuelta de la esquina”, advirtió.
2001 y después
A juicio del ex legislador radical, no existe parangón entre la situación de 2009 con la debacle vivida por el país en 2001/2002. “Este latiguillo tan usado por el oficialismo gobernante no es más que un panfleto que sirvió para recordarle a los entrerrianos una crisis terminal que casi se lleva puesto al país y para esconder que las nuevas gestiones no venían a cambiar nada”.
“En 2001 Entre Ríos era una provincia con todos sus renglones productivos al borde de la quiebra, con un Estado desfinanciado y sin recursos como producto de una depresión económica que le restaba absolutamente fondos al fisco, compelido por la emergencia a emitir cuasimoneda, a lo que se sumaba una crisis política y social que afectaba la gobernabilidad y que paralizó la provincia en 2002 y una gestión de gobierno enfrentada con la conducción económica nacional”, resumió.
Siete años mas tarde, en cambio, “Entre Ríos exhibe grados de crecimiento en casi todas las actividades económicas, mayor producción primaria y secundaria, a lo que deben adicionarse una continuidad, no tan positiva, según parece, en la línea política del gobierno, sin cuasimoneda en la economía provincial, con un presupuesto de gastos y recursos cuatro veces mas grande que el del final de la gestión maldita de 2003, mayorías legislativas que no debieran dejar lugar a los sobresaltos, una especial y aguda sintonía política con el Gobierno Nacional y un saludable clima que debiera favorecer los negocios, las inversiones y la generación de empleo”.
“Sin embargo, en la microeconomía del ciudadano de a pié esa sensación es solo un espejismo”, señala, en declaraciones a El Diario.
Gasto público
“¿Qué ocurre entonces en Entre Ríos donde el Estado aparece como la oveja negra dentro de un contexto de relativo crecimiento económico? Lo que ocurre es que la gestión hace agua, aunque parezca que el barco se mantiene por los parches que la Nación le pone cada tanto”, graficó.
En este sentido, preguntó: “¿Qué urgencias y demanda laboral tan aguda pudo justificar que Entre Ríos mantuviera 46.259 empleados públicos en la planta permanente del Estado en el año 2003 y deba pagarles sus haberes durante 2010 a un total de 60.035 agentes públicos? ¿Trece mil setecientos empleados más en menos de 8 años para hacer más eficiente la Administración Pública o para saldar compromisos políticos, generar clientes electorales o cumplir deudas de campaña?”.
El ex convencional recordó que el nuevo artículo 35 de la Constitución Provincial, introducido en la reforma de 2008 a iniciativa del presidente de la Convención y tres veces gobernador Jorge Busti sentencia que “el equilibrio fiscal constituye un deber del Estado y un derecho colectivo de los entrerrianos”.
“¿El axioma que contiene es letra muerta en 2010 o sólo quedará reservado para el catálogo de los buenos deseos mientras gobierne el justicialismo?”, cuestionó el dirigente radical de San Salvador.
Qué hacer
“En esta historia tan repetida no hay recetas mágicas sino opciones de hierro: o se aumentan los recursos o se contraen los gastos”, respondió el ex legislador cuando se le requirieron salidas al problema.
En el plano interno, a juicio de Arralde resulta “imprescindible” que el Gobierno ejecute una “draconiana política de contención del gasto público”, fijando “metas de racionalización del gasto en cada departamento o ministerio con responsables de su ejecución, eliminando el gasto superfluo o improductivo y reglamentando definitivamente el acceso al empleo público mediante los concursos como lo manda la nueva Constitución, para evitar el festival de designaciones, nombramientos y contrataciones que hacen dudar seriamente de la fortaleza de la estructura edilicia de la Casa Gris”, ironizó.
Hacia afuera, el dirigente radical cree que ya no puede ponerse en tela de juicio que la “cuestión medular” pasa por “reivindicar el sistema federal de gobierno y requerir del Gobierno central una asignación de coparticipación digna, equitativa y conforme a criterios objetivos de reparto, como lo establece la Constitución Nacional y no sobre la base de la disciplina política, la sumisión y el chantaje al que los Kirchner someten a las provincias”.
“En esto, el adalid de la cruzada no debe ser otro mas que el propio Gobernador: es seguro que el pueblo acompañará esta empresa porque se trata nada más y nada menos que de la riqueza de todos los entrerrianos”, sentenció el ex convencional radical.
En igual sentido, dijo que las iniciativas legislativas recientemente presentadas en el Congreso Nacional por los nuevos diputados, particularmente por el radical Atilio Benedetti, son “cabeceras de playa esperanzadoras” que pueden lograr “torcer el arbitrario manejo de la caja por parte de la “monarquía republicana” que “se resiste a leer con madurez el resultado de junio de 2009”.
(La Nota digital)













