A dos años de que dos hermanos señalados como delincuentes acusaran a policías de la comisaría 12ª de Paraná por vejámenes durante una detención, se notificó a 11 de los efectivos que deberán presentarse con abogado defensor porque están imputados en esos delitos.

 

El Diario

 

La denuncia efectuada contra personal policial se efectuó por un hecho que habría ocurrido a mediados de 2009 y prosperó en los Tribunales de Paraná. La medida alcanzó a 11 funcionarios policiales que revistaban como numerarios de la comisaría 12ª, que deberán responder a indagatoria en calidad de imputados en pocos días más.
La causa se tramita actualmente en el Juzgado de Instrucción Nº 3 a cargo de Alejandro Grippo, donde recayeron denuncias cruzadas entre dos funcionarios policiales que manifestaron haber sido atacados con armas de fuego por dos hermanos de apellido Rodríguez –hermanos a la vez de uno quien habría perpetrado un asalto con rehenes en La Casa del Oxígeno hace un par de años atrás–, quienes a su vez aseguran que tras ser llevados a la comisaría 12ª de barrio Lomas del Mirador, fueron torturados y vejados por todos los integrantes de la dependencia policial.

Todo habría comenzado en horas de la madrugada del 29 de agosto de 2009, cuando dos efectivos policiales que iban en una motocicleta particular, habrían sido atacados con disparos de arma de fuego. Según denunciaron, los balazos habrían sido realizados por dos sujetos a quienes se los acuso de pertenecer al ámbito delictivo. Se habló de disparos efectuados con un arma de grueso calibre, posiblemente una pistola 11.25.
El hecho derivó en llamados de auxilio a sus camaradas y en una cinematográfica persecución a una camioneta en la cual se habría movilizando aquella noche los supuestos autores de estos disparos.
Se comentó, nadie habría quedado en la dependencia policial. ya que todos habrían salido a buscar a los malvivientes. Los sujetos sospechosos del ataque armado perseguidos finalmente abandonaron el rodado en el que se trasladaban, y fueron detenidos, para luego ser trasladados a la comisaría de la jurisdicción.
Con el paso de los días, el magistrado a cargo de la causa analizó el ataque perpetrado contra los efectivos policiales como una “tentativa de homicidio” e imputó oportunamente a los acusados, pero la fiscal de ese mismo turno también intervino en la investigación de la denuncia efectuada por los detenidos, quienes evidenciaron haber quedado bastante maltrechos luego de haber sido trasladados al primer lugar de detención en la comisaría. Denuncias de golpes, apremios de distintas características, sogas ceñidas a la altura del cuello, quemaduras de cigarrillos, entre otras, fueron suficientes para que se iniciara una investigación por “vejámenes”, en la cual se llegó a imputar a personal que hoy manifiesta haber estado en su casa por estar con parte de enfermedad.
Incluso se supo que mientras todo esto habría estado ocurriendo en la comisaría, el jefe de la misma, de apellido Hirchsfeld, no se encontraba allí y no fue informado del intenso movimiento en ese mismo amanecer, sino con posterioridad.
Lo cierto es que los 11 imputados trataban anoche de unificar la asistencia legal para presentarse a indagatoria, por lo que podrían llegar a ser representados por el penalista Marcos Rodríguez Allende y por el abogado Walter Rollandelli.

El miércoles por la tarde se produjo un asalto en un taller de reparación de máquinas con motor a explosión de calle Borges en Paraná. Fue poco después de las 19, cuando los delincuentes ingresaron, golpearon al responsable del lugar y a un cliente, llevándose una motosierra y 200 pesos, tras lo cual se dieron a la fuga en una motocicleta.
Un familiar directo del cliente asaltado le manifestó a El Diario que su pariente salió del local y le dijo al dueño que se iba “porque no se encontraba bien por el golpe y porque había dejado solas a sus dos hijas”, por lo que poco después subió a su auto y se fue hasta San Benito donde vive. Parece que cuando lo golpearon en el atraco, se le cayó el celular y la policía lo encontró poco después. Con este elemento, la policía se trasladó hasta la casa del circunstancial testigo. Según el relato de su familiar, los funcionarios estaban de civil, serían de Investigaciones, y en el interrogatorio lo trataron bastante duro y “haciéndolo caer al piso le apoyaron un arma para apretarlo, preguntándole por la motosierra, como si él hubiera sido el asaltante y solo fue una víctima”, dijo su hermano, indicando que ayer de mañana efectuó la denuncia en Fiscalía de Turno.
Consultado sobre el hecho, el director de Investigaciones, Carlos Schmunk, manifestó que “los efectivos que investigaron en el lugar del hecho recogieron el testimonio de una vecina que dijo que lo que habían robado lo habían dejado en el auto de este señor, por eso lo fuimos a visitar y lo trasladamos a la comisaría, pero no existieron apremios de ningún tipo”.

(La Nota digital)

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