Ante la falta de acuerdo con la comuna de Santa Elena, se agudiza la protesta de los municipales cuyos contratos se cayeron. Este viernes continuaron las ollas populares frente al municipio y para el lunes está previsto que lleven su reclamo a la capital entrerriana.
Nuevamente, los manifestantes denunciaron que recibieron amenazas de muerte y cargaron contra el intendente Daniel Rossi. “Nos dijo que no iba a gastar ni 50 centavos en nosotros. Y que vayamos a molestar a Casa de Gobierno, porque de su parte no vamos a tener ninguna respuesta”, refirió el vocero de los trabajadores, Gabriel Berón.
Además, el obrero denunció aprietes a quienes lideran la protesta. “Recibimos amenazas de muerte tanto a mi celular como al de mi compañero, Maximiliano Aguirre. Por medio de mensajes de texto anónimos nos dijeron que no sigamos con el reclamo, porque nos van a matar a nosotros o alguien de nuestra familia”, explicó.
Enseguida, remarcó: “No tenemos ni un peso. Mis hijos no tienen zapatillas y por eso no pueden ir al colegio. Las ollas populares que realizamos cada mediodía frente al Palacio Municipal, con alimentos que nos proporcionan gratuitamente los comerciantes de la ciudad, la trasladamos a la noche a mi casa. No tenemos ni para comer”.
Ayer al mediodía mantuvieron un encuentro con el intendente, el primer acercamiento desde que se inicio el conflicto. “Rossi dice que la provincia no le manda la plata de la coparticipación y que por eso el municipio no tiene fondos. Que no lo molestemos más y que vayamos a Casa de Gobierno a pedir plata, porque él no tiene”, refirió Berón.
Por último, señaló a diario Uno que pretenden un aumento salarial de 1.200 pesos y que se reincorpore a los trabajadores despedidos. “De los 400 contratos hay gente que está cobrando montos de 2.500 pesos: pero hay unas 30 ó 35 barrenderas que están percibiendo 280 pesos, 30 recolectores que cobran 620 pesos y unos diez obreros de obras sanitarias que trabajan en las cloacas por 400 pesos mensuales”, aclaró
(La Nota digital)













