Son los primeros pasos pero habría una coincidencia general en el sentido de que es posible y conveniente incorporar la madera a la construcción de viviendas de interés social en la provincia.

Habría una coincidencia general en el sentido de que es posible y conveniente incorporar la madera (de fuerte desarrollo en la costa del río Uruguay) a la construcción de viviendas de interés social. La conclusión preliminar surgió durante un encuentro que tuvo lugar en la Casa de Gobierno, en el que estuvieron presentes los ministros de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, Juan Javier García, y de Desarrollo Social, Carlos Ramos; la secretaria de Obras y Servicios Públicos, Alicia Benítez; el titular del IAPV, Oscar Marelli; la decana de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional, María Estela Meier; los diputados Luis Jakimchuk y Juan José Albornoz; el senador Enrique Cresto; la subsecretaria de Ciencia y Tecnología, Luisina Pocay, y representantes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre otros.

«Estamos en una etapa de investigación, en donde se está analizando la viabilidad del uso de los materiales, la posibilidad de encontrar los recursos en la zona y donde, también, se contempla la necesidad de especializar mano de obra local para la realización de este tipo de construcción», detalló la secretaria de Obras y Servicios Públicos, Alicia Benítez, respecto al estado del proyecto.
La funcionaria prefirió no llamar «alternativos» a materiales como la madera que «en otros países e incluso en otras regiones son frecuentemente usados en la construcción de viviendas». Fue entonces cuando mencionó que «lo que nos propusimos es analizar bajo qué condiciones es aplicable como una solución en Entre Ríos», atento entre otras cosas que «hasta necesitan una capacitación de la mano de obra distinta» a la tradicional. En ese sentido es claro que las empresas dedicadas a construir casas en serie, encriptadas en los llamados planes de vivienda, tienen una estructura de funcionamiento compatible con estructuras de hormigón, paredes de ladrillo y techos de chapa o losa. «A eso también lo estamos conversado», confirmó Benítez, antes de referir que «al menos hasta ahora, las charlas están orientadas a incorporar la madera pero en el marco de propuestas sociales, en base a cooperativas que se conformarían con los futuros residentes que, antes, deberían ser capacitados especialmente».

En ese sentido, se le transmitió que en algún momento a algún funcionario se le ocurrió llamar a la licitación para construir casas de ladrillo para familias que ya contaban con terreno y no hubo interesados, sencillamente porque la ecuación a las empresas les cierra si se hacen cargo del paquete completo. «Hay que pensarlo al tema en toda su complejidad, que incluye los aspectos vinculados a la rentabilidad empresaria pero que no se agotan en él», indicó, no sin subrayar que «no se trata sólo de cambiar un tipo de material por otro, sino de incorporar otros modos de construcción y con ellos de convertir la mano de obra, lo que no es asunto sencillo». En ese sentido, propuso contemplar que «la madera que se vaya a usar no puede ser de cualquier característica y además debe estar correctamente estacionada y tratada». En ese sentido, comentó que «nadie hasta ahora ha expresado que esté pensando en hacer con madera las cientos de casas que suelen integrar los planes tal como los conocemos».

En la reunión se evaluaron «distintas experiencias» y estuvieron de acuerdo en que «dentro de 10 días, todas las partes (incluyendo el Estado provincial) prepararán un informe donde se analicen las posibilidades reales de implementación». Fue entonces cuando indicó que instituciones del sistema científico-tecnológico «cuentan ya con experiencia» en la materia y que la idea es «integrar esfuerzos para confluir en un programa viable».

El Diario le preguntó, si existía en materia de costos alguna comparación con las viviendas tradicionales. «Prefiero ser prudente en cuanto a eso porque un cálculo real no puede abarcar sólo lo que específicamente llamamos casa, sino que debe contemplarse si se cuenta o no con el terreno, si hay servicios y cuáles», refirió, no sin agregar que «no obstante, el análisis que ha hecho la UTN y el INTA indica que se trata de viviendas mucho más económicas que las habituales».

Aunque sea superficialmente, en la última reunión se abordó también la cuestión del financiamiento disponible, que podría provenir tanto de Desarrollo Social como de Ciencia y Tecnología. Pero se trata de una primera aproximación, nada más. El panorama será más claro en un par de semanas, cuando se presenten los informes respectivos sobre el tipo de materiales de comprobada eficacia, su uso posible y las formas de financiamiento posible.

(La Nota digital)

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