Y un día el hilo se cortó y Moyano decidió ir a fondo en su pelea con el Gobierno. El conflicto que domina la escena política estos días venía anunciado desde hace bastante tiempo como dice Ezequiel Meler en esta entrada en donde relata la historia del alejamiento de la CGT moyanista de la alianza de gobierno y puntualmente estalla cuando se está por decidir la nueva conducción de la CGT con pronóstico de ruptura.

Frente a frente se ubican rivales que suelen redoblar la apuesta ante el desafió por lo que aunque el tono que viene adquiriendo la disputa es de «batalla final» podríamos decir que solo es el comienzo de la discusión abierta que venía incubándose desde aquel marzo del 2011 cuando ante el exhorto de Suiza girado desde Cancillería a la Justicia Federal marcó el inicio del divorcio que hoy analiza Carlos Pagni aca en La Nación y su resolución es en este momento impredecible.

Pero la disputa de poder que subyace a este conflicto es solo un aspecto, importante claro está, pero no el único. Las reivindicaciones que Moyano plantea y exige presionando con la desmesura de paralizar el transporte de carga en todo el país no son exclusivas de su gremio, cualquier otro dirigente sindical está en la obligación de levantarlas, esto seguramente no va a ser ignorado por un Gobierno que no vacilará en emplear todas las herramientas que tiene a mano para garantizar la paz social pero fundamentalmente dispone de la política para enfrentarlo y debe ejercerla en primer lugar.

Como bien dice Abel en este post, Moyano, por más que ambicione encabezar un proyecto político de gobierno es conciente que ese sueño está bien lejano a concretarse y la responsabilidad que se le reclama no será el factor principal que guíe sus decisiones en esta escalada, antes tratará de consolidar su posición sectorial al frente a sus representados.

Todo está abierto entonces en un juego complejo de largo aliento.

Blog del Ingeniero

(La Nota digital)

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