Desde la escuela Bazán y Bustos ubicada en Paraná, manifestaron su preocupación ante la inminente instalación de la planta de residuos detrás del edificio escolar. “No estamos contra la planta. Pero no pegada a la escuela”.

Evangelina Campodónico, directora de la Escuela 188 Bazán y Bustos, indicó a Elonce TV su preocupación ante la inminente instalación de la planta de residuos detrás del edificio escolar: “Nos enteramos cuando uno de los ingenieros de la empresa constructora que ganó la licitación, nos pidió la autorización para fotografiar el predio. En ese momento pensamos que recién se estaba diagramando la ubicación y demás, pero no”, expresó la directiva. Y agregó: “El ingeniero me dijo que me quede tranquila porque la planta se hará donde eran las oficinas de la Unidad Municipal, detrás de la escuela”.

En la oportunidad, Campodónico recordó: “Hay legislación que prevé que no puede ubicarse una planta de residuos o un basural a no menos de 500 metros de un edificio escolar, un hospital y demás”.

La responsable de la comunidad educativa detalló que el jueves pasado, se hicieron presentes, la concejal Cristina Sosa junto al secretario de Arquitectura municipal, Andrés Davin, quienes les confirmaron lo que se pretendía hacer. “Cuando un municipio avanza para solucionar un problema de la sociedad, es altamente positivo. El drama y la tristeza es que ahora esta planta estará lindera a nuestra escuela”, lamentó la directora de la 188.

“El viernes, esto fue prácticamente un terremoto, tuvimos miedo que se cayeran las paredes. El ala oeste del edificio debió ser evacuado porque vibraban las paredes y ésta construcción es muy endeble, data de 1945 y está en proyecto de refacción de obra”, relató Campodónico.

Asimismo, las docentes manifestaron su preocupación ya que deben reagrupar comisiones de alumnos en una misma aula: “Estas no son las condiciones para que los chicos aprendan dignamente, además, hay alumnos con problemas respiratorios que acarrearían nuevas consecuencias”, contaron. Al tiempo que reiteraron: “No estamos en contra de la planta. Pero no pegada a la escuela”.

Por su parte, Daniel Ruhl, secretario gremial de Agmer Paraná, criticó: “Se decidió la instalación de esta planta sin ningún debate previo ni consenso social. La preocupación que se generó en la comunidad educativa fue en primera instancia porque el viernes notamos que se produjeron rajaduras en las paredes linderas al lugar donde se realizan los trabajos de movimiento de tierra y circulación de camiones. El edificio ya tenía tres aulas inutilizadas por filtraciones a causa de la rajadura de techos”, apuntó. Y continuó: “Desde el punto de vista medioambiental, esto es inaceptable. La concentración de residuos, generaría un contexto ambiental altamente nocivo para todos los niños que concurren a la escuela”.

(La Nota digital)

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