El juez habló en el programa Detrás de lo que vemos, en Radio del Plata, donde analizó varios temas que están en el candelero. Sobre el papel de la Justicia, y de la Corte Suprema en particular, señaló como una preocupación que se corran del papel de “árbitro” y pasen a ser parte de las disputas. Lo dijo así: “El control constitucional de las leyes es indispensable. Para graficarlo claramente, un partido de fútbol no se puede jugar sin referí y sin lineman, si no, no es un partido de fútbol, es una gresca entre 22 brutos. Lo que no deben hacer el árbitro y los lineman es meterse en la cancha para patear”. Hay que encontrar, dijo, “la medida, el equilibrio”.
La clave de la democratización de la Justicia, según Zaffaroni no está en el fuero Penal, aunque sea el “más espectacular”, sino en aquellos fueros donde la gente tiene que resolver problemas más cotidianos y la respuesta judicial demora años. “Yo pensaría en oralizar conflictos civiles, laborales, estamos con un procedimiento sumamente atrasado (…) no estamos formados en eso, no salimos de incubadora, nos han enseñado eso, pero es ahí donde tenemos que ampliar este servicio, para que sirva a un ámbito cada vez mayor de la población. Me podrán decir que son cosas pequeñas, si, desde el punto de vista macro, pero desde el punto de vista del que lo vive no es tan pequeño, es un drama”, argumentó.
“Cada uno tiene derecho políticamente a actuar como sea y eso tendrá el premio o la sanción que corresponda en la opinión de la gente y en el voto”, dijo Zaffaroni en alusión al llamado de Carrió a impedir el debate de la reforma judicial en el Congreso. “Pero todas las leyes –siguió–- tienen que debatirse y la función de los legisladores es debatir las leyes sea para apoyarlas, sea para criticarlas. Y también es función del legislador proponer alternativas. Si hay un proyecto de ley malo, tengo que proponer uno bueno”. Según el juez, “nadie va a decir que la Justicia en Argentina funciona en forma perfecta. No, no funciona. No hay nada perfecto, es obra humana, tiene defectos. Lo que lamentable es que durante muchísimos años no se ha discutido la estructura judicial, los políticos no se hicieron cargo del Poder Judicial como problema político” mientras que en el mundo sí se ha debatido y que “no es meramente de juristas, sino de politólogos, sociólogos”.
Zaffaroni coordina la comisión de juristas que está en pleno diseño de la reforma del Código Penal y habló de por qué es imperioso cambiarlo. Recordó las 900 reformas que tuvo desde que fue creado, en 1921. “Hoy hay escombros” de aquel Código, señaló. “Lo mediático ha ido marcando la agenda de política criminal del país, se han ido haciendo reformas y reformas, los restos del Código no tienen coherencia” a tal punto que no se sabe “cuál es el máximo de la pena de prisión”. Pueden ser, ilustró, 25 años, 50 o más. “No es que vamos a inventar la pólvora con la reforma ni que se van a resolver los problemas de inseguridad”, aclaró, pero sí “la inseguridad jurídica”.
Fuente: Página 12
(La Nota digital)













