Los cambios culturales son modificaciones que se realizan en la ecología humana por quienes se plantean conseguir objetivos que los beneficien a largo plazo. Los logran inoculando creencias en la subjetividad de las personas, empleando artificios tan tecnológicamente depurados como efectivos.
Cumpliéndose más rápidamente estos objetivos, cuanto más libres son los individuos de todo tipo de ataduras internas y externas. Ataduras que al ser eliminadas, han permitido cada vez más, una gran libertad en todo sentido, sin que nada ni nadie los limite ni que tampoco luego se reprochen por sus procederes. Dejándolos liberados a que las fuerzas de todo tipo actuantes frente al mercado consumidor, lo hagan sin ningún impedimento por parte de quienes son incentivados a consumir. Es así que las instituciones fundamentales que ponían límites a la libertad absoluta de las personas jóvenes durante su formación, fueron y son permanentemente debilitadas. Para luego poderse manipular a las personas a su antojo. Es así como el liderazgo de los padres varones dentro de la familia se lo ha ido diluyendo con el transcurrir de los tiempos, debido a las acciones deliberadas de quienes están interesados en que esa situación se produzca y se profundice. Pudiendo reconocerse, por todas las personas, que la relación padre hijos es muy distinta en la actualidad a la que existía solo hasta hace pocas décadas atrás. En virtud de lo cual, los más jóvenes son cada vez más libres para decidir sobre qué hacer con los consumos en sus propias vidas. Ya que esa mayor libertad de acción no ha logrado que estos sean más productivos, más creativos ni más laboriosos, como tampoco más aplicados. Sino que han conseguido que se incremente la cantidad de consumidores, de todo aquello que les pasa por delante de las narices. Todo esto ha sido facilitado por el nuevo escenario que otorga cada vez más libertades para actuar según sus necesidades. Necesidades que son también impuestas por los que operan con la subjetividad de las personas, creándolas una detrás de otras, para lograr que el consumo no se detenga. Es evidente que las imágenes al extremo depuradas que se ponen al aire en los espacios de publicidad televisivos, tienen una gran efectividad al ir directamente a impactar en el inconsciente de los televidentes.
(La Nota digital)













