La familia Brasesco de Nogoyá denunció las reiteradas intoxicaciones por las fumigaciones que se realizan en un campo sembrado con soja, ubicado a 50 metros de su vivienda. Uno de sus hijos, un niño de 7 años padece de problemas de salud cada vez que pulverizan con agrotóxicos. El Grupo Ambiental Nogoyasero solicitó modificar la ordenanza municipal sobre el manejo de agroquímicos y máquinas fumigadoras.
En declaraciones al programa Duro de callar, Felipe Díaz, miembro del Grupo Ambiental Nogoyasero, contó que la familia Brasesco vive en el barrio Chañar, en una casa ubicada a 50 metros del campo sembrado con soja. Cada vez que pulverizan con agrotóxicos, uno de los hijos se descompone, tiene fuertes dolores de cabeza y problemas respiratorios.
Díaz explicó que hace más de una semana recibieron la denuncia de un docente de la Escuela Nº101 de Nogoyá contando el caso de esta familia. El maestro contó que un alumno del establecimiento educativo faltaba frecuentemente a clase por problemas respiratorios y digestivos. Sumado a este testimonio, el pediatra Pablo Verón constató las afecciones del pequeño de 7 años y firmó el certificado médico.
Seguidamente, el ambientalista informó que también averiguaron que hace más de 10 años se realizan fumigaciones en el campo lindero a la vivienda de la familia Braseco. En cuanto a la legalización, explicó: «Según nos informaron las autoridades municipales, la fumigación se realiza correctamente, tal cual lo establece la ordenanza». Se trata de la Ordenanza Nº 672, de 2004, de manejo de agroquímicos y máquinas fumigadoras en el ejido municipal.
Por este motivo, «desde el año pasado estamos tratando de que nuestros concejales revean la ordenanza respecto a las distancias aptas para fumigar. creemos que se tiene que cambiar la reglamentación», aseveró el integrante del Grupo Ambiental Nogoyasero al tiempo que se refirió a la legislación vigente en el municipio y en la provincia.
Más información: Grupo Ambiental Nogoyasero
(La Nota digital)














