En el cierre de la Asamblea Popular del Pensamiento Emancipatorio, Jorge Taiana apuntó a la necesidad de «pensar» el futuro del proyecto nacional. La formalización del trabajo, y el nuevo proletariado, ejes del debate en Río Cuarto.
La metáfora, didáctica, sintetizó en una imagen la complejidad de 18 horas de debates. «Debemos definir cómo será el segundo tomo del proyecto nacional. El primer tomo fueron estos once años. Ahora hay que pensar cuál será el segundo tomo, que se inicia en 2015», subrayó el legislador porteño y ex canciller Jorge Taiana (FPV). La frase resumió el sentido general de la diversidad de argumentos y definiciones que se escucharon ayer en el aula magna de la universidad de Río Cuarto. Dirigentes campesinos y de los trabajadores informales, como Ángel Strapazon (MNCI Vía Campesina) y Esteban «Gringo» Castro (CTEP); investigadores de la problemática laboral, como el abogado Oscar Valdovinos y el sociólogo francés Alexandre Roig; economistas como Enrique Martínez (ingeniero, ex titular del INTI); miembros de la Pastoral Social de la Iglesia, como el sacerdote Carlos Accaputo, cercano al Papa Francisco; debatieron sobre las desigualdades internas de la clase trabajadora en la Argentina, el capitalismo en su faceta post-industrial y la expresión local de los problemas y los límites del crecimiento basado en el paradigma «neo-desarrollista», que fue definido como un modelo que alienta la concentración económica y no logra mantener la generación de empleo. «Hemos llegado al techo de lo que se podía lograr sin producir transformaciones», fue el diagnóstico de Valdovinos.
La jornada de cierre de la Asamblea Popular del Pensamiento Emancipatorio, encuentro organizado por la casa de estudios y la Subsecretaría de Agricultura Familiar del gobierno nacional en tándem con el Movimiento Evita, comenzó con un panel dedicado a las encrucijadas del movimiento obrero. Dirigente territorial del Movimiento Evita, Castro contó la historia de la creación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Bajo esa sigla se identifica la organización que pretende organizar y representar al 35% de trabajadores de la economía informal, que no están encuadrados por los gremios tradicionales. Los organizadores de la CTEP confían en que en los próximos meses lograrán la personería jurídica para una organización sindical de primer grado, a la que llamarán UTEP, por parte del Ministerio de Trabajo. «Nuestra responsabilidad es pelear por la unidad de la clase trabajadora. Y acá, el que va para atrás, es un traidor», arengó Castro en una exposición visceral, estructurada a partir de su experiencia de vida.
Las actividades siguieron con Strapazon, organizador de los campesinos de Santiago del Estero y fundador del Mocase, quien desmintió con datos empíricos aquel prejuicio instalado de que en la Argentina el campesinado no existía como sujeto social y político. Autodidacta y multifacético en su formación de izquierda, con citas al teórico alemán Herbert Marcuse y al recordado Hugo Chávez, Strapazon contó que la pelea en Santiago permitió aumentar del 3% al 11% el porcentaje de tierra reconocida a las comunidades campesinas. «Son 17 millones de hectáreas, somos un poquito más grandes que Cuba», advirtió el ideólogo nacido en Córdoba, que podría ser definido como el João Stedile (líder del Movimiento Sin Tierra de Brasil) de la Argentina. Strapazon expuso las características de la universidad rural creada en Villa de Agua, Santiago del Estero, y propuso crear vías de comercialización directas desde los campesinos hasta las grandes ciudades.
Martínez y Valdovinos pusieron el acento en las limitaciones que encuentra la vocación por distribuir la riqueza en una estructura económica oligopólica, concentrada, o muy dependiente de insumos importados, como el caso de la industria automotriz. «Tenemos que avanzar en la democratización y argentinización de la economía. Tenemos que nacionalizar los segmentos faltantes de las cadenas de valor», exhortó Martínez. «Ha llegado el momento de los cambios estructurales notables, porque la tecnología reduce la generación de empleo», coincidió Valdovinos. Histórico asesor de sindicatos, el abogado desafió viejos conceptos al advertir que hoy, en la Argentina, los trabajadores «en blanco», por su nivel de ingresos, por sus pautas de consumo y por los avances en la participación en la renta, «se han convertido en una capa de clase media». «La clase obrera tradicional ya no constituye el sector más dinámico de las luchas emancipatorias. No hay deber más apremiante que contribuir a que el nuevo proletariado deje de ser el sector que no tiene nada que perder», remarcó Valdovinos.
Como conclusión de la charla, los expositores y el auditorio acordaron en que el sujeto social más dinámico –de cuya movilización dependerán los cambios estructurales por venir– son los trabajadores de la economía popular que están precarizados. En esa línea de pensamiento, el francés Roig propuso que en el futuro el Estado nacional deberá definir el valor del trabajo de los cartoneros y los trabajadores precarizados: una suerte de paritarias para el sector informal. «El Estado, como garante de los derechos, debe pensar nuevos trabajos para responder a las nuevas demandas de la sociedad», planteó. «
«El rol del debate y la movilización es más necesario ahora»
Su figura fue elegida para el discurso de clausura. Desde un principio estaba claro que Jorge Taiana hablaría al final de la Asamblea. Su exposición buscó sintetizar en 34 minutos el contenido de dos días de discusiones. Sin embargo, lo que sobresalió en las palabras de Taiana –algo no tan habitual en la comunicación oficial del kirchnerismo– fue la referencia al futuro. Tanto al desafío electoral de 2015, como a los que deberán asumir las mayorías populares durante el próximo período presidencial. «En la próxima elección se define qué país queremos. ¿Queremos un país basado en las industrias extractivas, en el que la materia prima sin valor agregado no garantiza la riqueza de la Argentina y condena a la exclusión y la pobreza de los argentinos, o queremos un país que continúe la tarea comenzada para alcanzar un país integrado, con niveles de ciencia y tecnología, que pueda insertarse en el mundo de otra manera?», se preguntó en voz alta el ex canciller. El auditorio que lo observaba tenía clara la respuesta.
El legislador aseguró que la elección de 2015 será crucial porque del próximo gobierno electo dependerán «dos grandes decisiones políticas estratégicas». Esas dos cuestiones, que para Taiana están en riesgo, son «el tipo de inserción en el mundo y perfil productivo del país», en primer término, y «la relación que tendrá el poder político con los poderes fácticos», en segundo. El ex canciller advirtió que Kirchner, con «irreverencia» y «astucia táctica», aprovechó una fractura en el bloque hegemónico, producida por la crisis de 2001, y logró que el poder político tuviera autonomía respecto del establishment. «Gracias a eso, el gobierno representa la voluntad por sobre los poderes fácticos. Y Cristina lo mantuvo», reconoció. Sin embargo, aquella disputa interna del bloque dominante, según Taiana, se cerró en los últimos años. «La situación objetiva ha cambiado. Y el bloque de poder ha sintetizado sus posiciones y está dando una férrea lucha para que este proceso no siga avanzando. Por eso, el rol del debate y de la movilización es muchísimo más necesario ahora», advirtió.
Ante este escenario, Taiana esbozó una serie de iniciativas: la mayoría podría convertirse en proyectos de ley. También demandó la creación de un Ministerio de la Economía Popular. El paquete de propuestas consiste en sancionar leyes de servicios financieros, de reforma tributaria, de creación de un Banco de Desarrollo Industrial («con la Anses no alcanza», argumentó), de Inversiones Extranjeras.
Al finalizar las jornadas en Río Cuarto, Taiana explicó a Tiempo Argentino que la autonomía de la política por sobre las corporaciones no se limita «a una cuestión de personalidades», en alusión a los precandidatos ya lanzados del FPV. «Si logramos mantener fuerte en el FPV una agenda de transformación, que continúe los logros y plantee las tareas que se debe llevar adelante, estaremos creando las condiciones para que quien sea elegido mantenga esa autonomía. Mi voluntad en esta etapa es, justamente, contribuir a generar esas condiciones», confió.
Fuente: Tiempo Argentino
(La Nota digital)














