Alejandro Florenza ratificó su testimonio en el marco de la Causa «Área Paraná». Este lunes contó que, cuando llegó el 4 de agosto del ‘76 al Escuadrón de Comunicaciones estaba alojado allí quien posteriormente fue desparecido, Victorio Coco Erbetta. “Escuché mucho movimiento, corridas de militares que decían que Erbetta se les había ido en el interrogatorio, que no había aguantado”, dijo este lunes frente el juez de Sentencia, Leandro Ríos.

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En la jornada también prestaron declaración dos médicos, Susana Lidia Spiegel y Néstor Dupertois, quienes brindaron generalidades sobre la reacción de una persona ante un cuadro de paro cardíaco. El plenario de ratificación de testimonios continuará este martes.

Alejandro Florenza era militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en la Escuela Normal de Paraná. Fue detenido ilegalmente el 4 de agosto de 1976. Estuvo alrededor de 45 días en el Escuadrón de Comunicaciones, junto a Coco Erbetta. Si bien no puedo precisar qué cantidad de tiempo compartió con quien posteriormente fue desaparecido, dijo que fue escaso. Cuando llegó al lugar, como se solía hacer cuando la vigilancia les daba un respiro en los calabozos, se identificó con otros presos políticos. Desde ese momento supo que compartía, entre otros, con Erbetta. “Una noche, al poco tiempo de llegar, escuché movimiento inusuales, corridas de militares que decían que Erbetta se les había ido en el interrogatorio, que no había aguantado”, sostuvo Florenza.

Agregó también que durante su alojamiento en Comunicaciones, vio al cura Julio Metz. El religioso los visitó varias veces, incluso les llevó cigarrillos o lo que le dejaron pasar. Pero luego de la desaparición de Erbetta, el cura ya no volvió. “Metz ya no entró más, y se comentó por ese entonces que no lo dejaban pasar”, refirió el testigo.

Florenza estuvo también en la Unidad Penal de Gualeguaychú. Posteriormente pasó por Coronda y finalmente le dieron la opción de salir del país, por lo que eligió irse a España.

Este lunes también testimoniaron los médicos Susana Lidia Spiegel y Néstor Dupertois. Ambos refirieron a cuestiones generales de medicina. Se les preguntó cuál es la reacción ante un paro cardíaco. Ambos hablaron en general y no precisaron sobre ningún caso particular. En ese sentido, hablaron sobre el “estado de conciencia” en los momentos previos inmediatos y posteriores al paro cardíaco. Sostuvieron que cada caso tiene sus particularidades, pero aceitaron la probabilidad un posible desmayo antes del paro. Al cuadro fue calificado como de hipotensión, es decir, cuando baja tanto la presión arterial que se deja de bombear sangre. En todos los casos, concluyeron que se necesita tratamiento médico para revertir un cuadro de shock hipotensivo. Ambos testimonios complican la situación del médico Mario Moyano, ya en las salvajes sesiones de tortura se necesitaba asistencia galena.

Victorio Erbetta

Fue secuestrado el 13 de agosto de 1976 al anochecer, en la Facultad Católica de Paraná, sita por entonces en Calle Urquiza y Ferrer, en presencia del secretario de dicha Facultad y sus compañeros de estudio, por personas de civil entre los que se encontraba el imputado Cosme Ignacio Marino Demonte.

Según el Informe oficial de Policía Federal, se reconoció detenido a la víctima recién el 17 de agosto del ‘76. Mientras era secuestrado Erbetta, fuerzas del Ejército allanaban su domicilio particular.
Luego fue trasladado al Escuadrón de Comunicaciones de Paraná, siendo alojado en los calabozos, donde fue asistido por el entonces clérigo Julio Metz, quien le llevó comida y ropa que le enviaba su familia, hasta que le fue prohibido el ingreso al Escuadrón.

El 24 de agosto de 1976 se preparó una puesta en escena fraguándose una supuesta fuga de Erbetta, operativo montado para ocultar el fallecimiento del mismo ocurrido días antes. Las víctimas que pudieron verlo en el centro clandestino mencionado manifestaron que Erbetta falleció en las sesiones de tortura a las que fue sometido.

Mediante un informe suscrito por José Faustino Fernández, jefe de la Policía Federal local y otro publicado por el Comando local del Ejército en El Diario de Paraná, del 25 de enero del ‘77, cuyos emisores fueron el General de Brigada Juan Carlos Ricardo Trimarco y el imputado Jorge Humberto Appiani; el mismo da cuenta de un listado de prófugos entre los cuales obra mencionado Victorio Erbetta, alias Coco. Hasta la fecha se encuentra desaparecido.

La causa

La Causa Área Paraná está en las últimas instancias de un proceso añoso que colocó a víctimas, familiares de desaparecidos y organizaciones de lucha por los derechos humanos en un lugar de paciente espera. Se realiza con una modalidad diferente a la de cualquier juicio oral porque el expediente se tramitó por el antiguo Código de Procedimientos en Materia Penal, del año 1888. Esto significa que los testigos que declararon en el expediente, llegaron a esta instancia sólo a los fines de ratificar sus exposiciones anteriores, y para aclarar puntos planteados por una defensa sobre esas declaraciones, tal como se le permite al represor Jorge Humberto Appiani, quien por su condición de abogado ejerce su propia representación legal.

Los otros imputados son José Anselmo Appelhans, Oscar Ramón Obaid y Alberto Rivas; el policía federal Cosme Ignacio Marino Demonte; Jorge Humberto Appiani; la ex carcelera Rosa Susana Bidinost, el policía provincial Carlos Horacio Zapata; y el médico civil Hugo Mario Moyano. A todos se los juzga por secuestros, torturas, violaciones y asesinatos contra 52 víctimas, entre 1976 y 1983. Cinco de esas víctimas aún permanecen desaparecidas. Se trata de Claudio Fink, Victorio Coco Erbetta, Carlos Fernández, Juan Alberto Osuna y Pedro Sobko.

El juez de sentencia es Leandro Ríos; los fiscales son José Ignacio Candioti y Mario Silva. Los querellantes Marcelo Baridón; Martín Uranga; Edgar Olivera y Juan Antonio Méndez; Florencia Amore y Marcelo Boeykens, en representación de la asociación Hijos Regional Paraná; y Lucía Tejera por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Además de Appiani que ejerce su autodefensa; José Esteban Ostolaza y Martín Clapier defienden a Moyano; Alberto Salvatelli a Bidinost; Guillermo Retamar a Demonte; y José Alberto Boxler fue designado por el Ministerio Público de la Defensa.

Fuente: Análisis – Foto: Archivo – ilustrativa

(La Nota digital)

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