En las últimas horas las autoevacuaciones continuaron en la capital correntina. Victoria Benítez vive en el barrio Itatí, donde el Paraná en condiciones normales se encuentra a más de 200 metros de su casa. Ayer (lunes) al despertar se encontró con el agua en la puerta de su vivienda. “Venía subiendo pero no pensamos que iba a llegar”, dijo. Parte del camino que la comunica con el resto del barrio está tapado por el agua y con sus hijos mayores debieron improvisar una camino con maderas y piedras para poder salir.

“Nos estamos yendo a lo de mi papá con mis tres hijos y mis tres nietos, el agua sube rápido y no nos podemos arriesgar a quedarnos, vamos a llevar ropa y a levantar en el techo los muebles y electrodomésticos”, contó la mujer que hace 17 años vive en el lugar.
La historia se repite y varios vecinos del barrio ya debieron irse. La creciente del Paraná no da respiro y las acciones son pocas.
Ayer las marcas superaron los 6,78 metros quedando a poco del nivel de evacuación. Las fuentes municipales consultadas por este medio remarcaron que hasta el momento sólo hubo autoevacuaciones pero si el agua avanza se habilitarán los centros de evacuación.
Los números oficiales hablan de unas diez familias que debieron dejar sus casas y más de 100 afectadas en 10 barrios. Lo cierto es que las cifras aumentan a cada hora ya que las familias que se resistían a irse deben tomar una determinación ya que el agua no cesa en su avance.
En el barrio La Tosquera, la Comuna llevó una carpa para una familia que debió dejar su vivienda y no tiene a dónde ir. Ahora otras tres esperan respuestas similares ya que desde hace varios días se encuentran viviendo rodeados de agua.
El caso de Karen, también es preocupante, ahora su patio está lleno de agua, su vecina se encuentra en similares condiciones y esperan que la Comuna dé respuestas de fondo, más allá de llevarles mercaderías.
En el barrio Itatí la gente asegura que salir a pescar es un peligro porque el río está muy sucio y se corre el riesgo de romper las redes.
Quienes viven en la costa no pensaban ayer en el armado del arbolito y sólo esperan poder pasar las Fiestas en sus hogares. “Ojalá se pueda pero está difícil, todo está en manos del río, nosotros sólo podemos esperar”, remarcan.
El agua comenzó a subir hace dos semanas. Ayer (lunes) superó los 6,78 metros y los pronósticos son poco alentadores ya que se esperan lluvias para los próximos días.
Este año es la tercera vez que sube el Paraná, pero en esta oportunidad se han superado las marcas anteriores y amenaza el nivel de evacuación.
El equipo de alerta de la Comuna y de la Provincia trabaja en la custodia de las zonas más afectadas pero los especialistas aseguran que la corriente del Niño llegará a Corrientes en febrero y traerá consecuencias sobre las márgenes locales.
Fuente: Norte Corrientes
(La Nota digital)













