Reflexiones sobre el 1º de Mayo

Maxi Villaruel

No voy a festejar yanquiadas.
Yo no soy un trabajador. Soy un laburante ambulante. Soy un simple aprendiz de guitarra. Un poeta quizá.
Llevo algunas canciones en el alma. Otras en la madera de mi compañera. Otras en el porvenir.

Quisiera suponer que este no es un día más. Hoy es un día para reflexionar. Yo por mi parte recuerdo que, antes de ser lo que hoy soy, fui un simple vendedor de libros usados. Labor que me brindaba mucha satisfacción. Recuerdo por ejemplo haber sido el primero en venderle un libro a alguien que, no obstante saber leer, me confesó que quería empezar a leer, como todo buen lector, por gusto, y no por obligación. Y yo le sugerí alguna novela fácil de leer, para que no se aburriera. Este persona, me sorprendió después de 7 días, diciéndome que ya la había terminado. Y me preguntó que otro libro le sugería…

Fui un simple mensajero a bici, que realizaba trámites al banco, al Iosper, y demás encomiendas.

También recuerdo mucho antes, haber sido «cadete». Un simple mensajero a bici, que realizaba trámites al banco, al Iosper, y demás encomiendas. Debo confesar que aún me encanta hacer mandados. Desde chiquito los hice. Recuerdo que mi viejo, que en paz descanse, siempre me mandaba a comprar vino Uvita blanco al almacén, y que por ese entonces me recompensaba con algunas moneditas de 1, 5, 10 o 25 centavos, una verdadera fortuna por aquellos años.
Debo confesar que, antes de haber sido cadete fui «cuidacoche». Por lo general algunos domingos, cuando se hacían las misas en la parroquia San Cayetano. Y los días 7 de cada mes, por supuesto.

Debo confesar que, antes de haber sido cadete fui «cuidacoche».

Y mucho más antes, solía dibujar a Goku o a otros personajes de la televisión, y a dichos dibujos se los cambiaba por algo a mis compañeros de la escuela.
Pues, ¿a qué voy con esto? Creo que la sociedad empieza por uno mismo. Con poder aportar cada uno lo que pueda a esta sociedad. Sin olvidar, ojo, lo que nos hace ser felices. Alguna vez recuerdo haberle preguntado a una escritora abogada, que trabajaba atendiendo en una tómbola: ¿qué es la felicidad para vos? Y ella me contestó: Es vivir de lo que uno ama.
Así que, no lo olviden: a luchar. A luchar por vivir de lo que uno ama.
Yo por mi parte seguiré tocando la guitarra todo el día y hacer que la gente se enamore de mi voz.

(La Nota digital)