Causa Harguindeguy: una vecina describió cómo hombres armados y de civil se llevaron a Sixto Zalasar

Una patota de la Policía de la provincia secuestró el 26 de mayo de 1976 a Sixto Zalasar, en un operativo que fue presenciado por familiares y vecinos de la casa que compartía con su esposa e hijas, en Concordia.

María Adela Godoy declaró en el juicio por la Causa Harguindeguy y pudo describir la detención ilegal, ya que el obrero ferroviario había ingresado a su casa cuando intentaba escapar. “Demoraron un rato y después aparecieron con Coco, pegándole en la cabeza con las armas. Yo les dije ‘por qué le pegan si ya lo tienen’, y ellos me respondieron ‘usted no sabe lo que es esto, las cosas que hace’”, relató.

La testigo señaló además que en el procedimiento participaron hombres armados, de civil y dos vehículos particulares. Al día siguiente se instaló durante las noches una guardia en la cuadra, que permaneció dos meses. “Un hombre se paraba un día por calle Las Heras y el otro por Avellaneda… Yo tenía miedo por mis hijas”, confió.

“Don Álvarez, ¡me van a matar, me van a matar!”. El pedido de ayuda resonaba en el pasillo lateral de la casa de María Adela Godoy. Era Sixto Zalasar, quien al salir para su trabajo en el ferrocarril, se encontró con un grupo de hombres armados que lo buscaban.

“Escuché los gritos, el perro que ladraba y salí de casa. Me encontré con gente de particular con armas, todos estaban armados. Había un grupito en la esquina de casa, dos de ellos entraron y en la calle había más gente. Todos estaban de civil, a cara descubierta”, relató la testigo.

Remarcó que si bien no dijeron a qué fuerza pertenecían ni mostraron una orden de detención, le exigieron entrar a su vivienda para capturar al “mafioso” que había ingresado momentos antes. “Demoraron un rato y después aparecieron con Coco, pegándole en la cabeza con las armas. Yo les dije ‘por qué le pegan si ya lo tienen’, y ellos me respondieron ‘usted no sabe lo que es esto, las cosas que hace’”.

Cuando ocurrió la detención ilegal, Godoy se encontraba sola porque su esposo estaba en el trabajo y las hijas iban camino al colegio. De todos modos, decidió ver lo estaba sucediendo como lo hicieron algunos vecinos, alarmados por los gritos y la presencia de personas armadas. Refirió que mientras lo llevaban a Sixto salieron de su casa los padres, su compañera y su hija más grande –de ocho años.

“La madre se quiso acercar y le dijeron ‘no se arrime por que le tiramos’, y ella les respondió ‘¿cómo no me voy a arrimar si es mi hijo’’”, describió. También los interpeló respecto de dónde lo trasladaban, pero no le dieron información alguna. Entre los vecinos de la cuadra y el barullo de gente, estaba Sandra, la hija de Sixto. “La nena lloraba a los gritos, imagínense, le estaban quitando al papá”.

“Después lo subieron al auto y de ahí no apareció nunca más”.

La vecina de los Zalasar vio cómo se llevaban a Sixto, sin dejar de golpearlo, pero no pudo precisar los vehículos que participaron del operativo. “No recuerdo el modelo ni el color. Pero sé que uno estaba bien enfrente de la casa y otro más en la esquina. No tenían identificación”, indicó.

Además, señaló que los siguientes dos meses se montaron guardias en las esquinas, durante la noche. “Un hombre se paraba un día por calle Las Heras y el otro por Avellaneda… Eso nos llamó la atención. Yo tenía miedo por mis hijas”, admitió.

Los días siguientes, Godoy dialogó con los allegados de Sixto para tratar de esclarecer qué había pasado y luego fue citada a declarar en Gendarmería, ante la denuncia de sus familiares. “Lo buscaron por todos lados, pero nunca lo encontraron”, enfatizó la testigo, que hoy tiene más de 80 años.

Ante la pregunta de si conocía las actividades políticas del detenido-desaparecido, manifestó que sólo lo conocía del barrio y que tenían buena relación.

–¿Sabe por qué lo detuvieron en definitiva a Sixto? –inquirió la titular del Tribunal, Lilia Carnero
–No.

“Pensé que lo llevaban para una averiguación y lo iban a soltar. Nunca pensé que pasaría lo que pasó, por la persona que era”.

La causa

Las víctimas de los hechos que se investigan en esta causa fueron Sixto Zalasar, Julio Alberto Solaga -ambos desaparecidos-, y Juan José Durantini -detenido el 24 de marzo de 1976.

El centro clandestino funcionó esencialmente en el Regimiento de Caballería de Tanques 6 Blandengues, a cargo del entonces teniente coronel Naldo Miguel Dasso y jefe del Área de Defensa 225. El represor presencia el debate en la sala de audiencias de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná.

Por su parte, el ministro del Interior de la última dictadura cívico-militar Albano Harguindeguy, sigue el juicio desde el Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mientras que Ramón Genaro Díaz Bessone, quien fue comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, fue separado del proceso por presuntas cuestiones de salud.

Los demás imputados por las causas acumuladas al Área Concordia -Concepción del Uruguay y Gualeguaychú- pidieron ausentarse durante esta parte del juicio.

Para el 5 de julio está prevista la inspección ocular en el Regimiento concordiense. Luego se pasará a un cuarto intermedio debido a la feria judicial.

Fuente: Análisis

(La Nota digital)