«Novelista irregular y poeta incipiente».
FRANQUEZA IMPERTINENTE DE CAPARRÓS.
Leí «Antes que nada» de Martín Caparrós, extraordinario cronista, novelista irregular y poeta incipiente que se aventuró en redactar las memorias precipitadas a partir del diagnóstico que mantiene el formato frío de la sentencia. Desfila la enriquecedora epopeya personal como el conjunto de altibajos y malentendidos de la problemática generacional, sin procurar por suerte en ningún momento los efectos de la compasión o de la piedad. Prefiere proporcionar el testimonio desgarrador del intelectual admirablemente andariego que supo vivir bien y se muestra en general conforme con los arrebatos de la vida a la que, en efecto, se aferra, mientras percibe que se aproxima el invariable plazo fijo del final. La franqueza de Caparrós es impertinente pero conmueve, y convoca a la identificación las interpretaciones que aluden a las complejas experiencias que abordó. La utopía revolucionaria de «La voluntad», el flagelo imperdonable de «El hambre», o la dispersión cultural de «Ñamérica». Textos indispensablemente brillantes que lo van a sobrevivir sin pudores, aunque el autor abandone el lapso ordinario y febril de la existencia sin celebrar los reconocimientos ambicionados por «La historia», novela frustrada pero fundacional.
Editó Random House, 655 pags.














