Panorama político provincial.
El neoliberalismo es una corriente económica y política que sostiene que la economía se debe regir por el libre mercado, estar desregulada y privatizada, con la menor intervención del Estado. Estas ideas fueron implementadas en los ochenta por Ronald Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido; aunque desde 1976 los «Chicago Boys» las habían aplicado en Chile por encargo del dictador Augusto Pinochet, y fue reproducido por el genocida Jorge Rafael Videla en la Argentina.
El neoliberalismo fue impuesto por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en la mayoría de los países de Latinoamérica. Y reforzado con el «Consenso de Washington» en 1989, con «ajustes estructurales» que formaron parte de los programas del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. Videla, Carlos Menem, Fernando de la Rua y Mauricio Macri la aplicaron aquí.
Lejos de mejorar la calidad y las condiciones de vida del pueblo, los resultados fueron desastrosos: bajo crecimiento económico, aumento del desempleo, aumento de la precariedad laboral y la desigualdad social. El modelo neoliberal promueve precios sin control y sujetos a las leyes del mercado en mano de los monopolios, ejercido por una minoría elitista que acapara la producción y la oferta de servicios. Además, generan una disminución de los salarios con el desempleo. Y esto lleva a una gran desigualdad social.
El porteño Rogelio Frigerio fue uno de los principales hacedores de la gestión neoliberal de Mauricio Macri, el representante de los grupos económicos concentrados, que puso al Estado argentino a disposición del beneficio exclusivo de las grandes empresas y que endeudó brutalmente al país, redujo el impuesto a los bienes personales para beneficiar a los más ricos, quitó retenciones a las exportaciones para favorecer a las grandes patronales del campo, abrió las importaciones para liquidar la industria nacional, liberó el mercado cambiario para favorecer la especulación, eliminó los controles a la circulación de capitales para permitir la fuga de dólares, perpetró tarifazos de luz y gas a favor de las empresas privatizadas.
Ahora Frigerio y Macri pretenden acceder al Gobierno para profundizar el modelo neoliberal. ¿Qué les queda por hacer? ¿Implementar un recorte regresivo del gasto público y las jubilaciones, la flexibilización y precarización laboral para bajar salarios y despedir trabajadores sin pagar justas indemnizaciones, eliminar el aguinaldo y las vacaciones pagas…? ¿Avanzar en un ajuste contras docentes, estatales y las políticas públicas de asistencia a los sectores vulnerables? El neoliberalismo no radica solo en las políticas de desregulación y ajuste como núcleo esencial, sino en la tecnología de organización de la actividad de gobierno que no está limitada a la jurisdicción nacional, sino que se extiende a las provincias. Se ajusta en la Nación, pero también en provincias y municipios. El sistema jubilatorio provincial y el empleo público serán los primeros objetivos. La gestión de Mario Moine fue una muestra cabal del neoliberalismo menemista en la provincia.
Una hipotética gobernación provincial del porteño Frigerio implementaría un sistema de transferencias de recursos, tributarios o financieros, a los sectores económicos dominantes en el ámbito provincial, y éstos no los utilizarán en el desarrollo productivo local, sino en la obtención de rentas de privilegio. Lo cual se traducirá en menores oportunidades laborales, recesión en el mercado interno, quiebra de pequeños y medianos productores, de comerciantes y empresarios. El ajuste no sólo sería para estatales y docentes, que seguro sufrirán las medidas. También restringirían el crecimiento productivo de la provincia y tendrían un impacto inmediato: el aumento de la desocupación con su consecuente conflictividad social.
