De Paraná a Perú – Parte 1

La llamada de la Nomadía. Sábado 31 de enero. 3 p.m. Me encuentro en la parada del colectivo de la linea 7. Con destino la terminal de ómnibus de Paraná. Un amigo, Nicolás H., integrante de La Chilanga, me saluda. Le cuento mi destino, mi proyecto.

exe bravo diario de viaje

Me voy a Santa Fe a vender unos librajos en la peatonal. Nos vemos. Suerte. Llega el cole. Ni bien dobla en calle Rosario del Tala. Me bajo. Camino. 7 cuadras hasta llegar a la termi. Saco boleto para el E.T.A.C.E.R. En menos de 10 minutos parte. Las ruedas giran. Continúo mi lectura. Voy por la 3ra. parte de Sobre héroes y tumbas (Informe sobre ciegos), de Ernésto Sábato. Leo: «El silencio y la soledad tenían esa impresionante vigencia que tienen siempre de noche en el barrio de los Bancos. Barrio mucho más silencioso y solitario, de noche, que cualquier otro; probablemente por contraste, por el violento ajetreo de esas calles durante el día; por el ruido, la inenarrable confusión, el apuro, la inmensa multitud que allí se agita durante las horas de Oficina. Pero también, casi con certeza, por la soledad sagrada que reina en esos lugares cuando el Dinero descansa.» Descanso la vista. Dormito un poco. 10 minutos. Me cargo los libros. Dos bolsos y una mochila, llenos. Bajo.

Camino hacia la peatonal. Me instalo a 20 metros aproximadamente, del cruce Perón y San Martín. 1 hora pasa. Muy poca gente. Lucho contra el viento y el sol. Dos diablos blancos municipales me dicen que no puedo estar vendiendo ahí. Le respondo que yo ya he venido otras veces y me han dicho que sí se puede. Me dicen que me están avisando. Porque dentro de un rato va a pasar la camioneta y te va a levantar todo. ¿Qué decir? Bueno… ¡Muchas gracias! Comienzo a levantar. Cuando de repente. Un muchacho me pregunta si vendo libros. Le digo que sí. El me dice que también. Lo miro. Era este joven, de rulos negros, bien afeitado, de una tez suave, dientes perfectos, blancos. Ojos verdes y una voz un poco ronca, blusera, una voz, pensé, como la de Rocky Balboa. Y algo de Sylvester Stallone había en él. Su aspecto era rudo, pero bondadoso. Vestía una camisa negra y un jeans oscuro algo roído. Le pedí que me muestre los libros que tenía. Poemas de Borges. (Wacala!, pensé) El primer libro de poemas de un escritor de Buenos Aires, la primer novela de un escritor también de Bs. As. Un libro de filosofía X y, primera casualidad, el primer libro que vendí en Santa Fe: Poemas de Rilke, editorial Perfil. El mismo libro. Segunda casualidad. Este muchacho se llamaba Nicolás. Nicolás Z. Había salido de mochilero con un grupo de 15 personas, más o menos, según me dijo, de Buenos Aires. Pero, por falta de plata se retrasó en el viaje. Y sus amigos habían seguido sin él. (Se encontraban en Tucumán, según había podido saber. Allí lo estaban esperando.) Antes de separarnos, me preguntó por un baño. Le comenté del Mc Donalls: careteála. Me ofrecí para cuidar de sus pertenencias. (Un bolso algo roto y un buen abrigo). Me dijo: Bueno. Confío en vos porque eres inteligente. (Había algo de mágico en él. Me cayó muy bien de inmediato). Cuando volvió pensé en acompañarlo. Me contó que tocaba la armónica (de hace 2 semanas) y canta. Y que gustaba de escribir poesía. En Buenos Aires, por ejemplo, leía sus poemas en las esquinas donde pasaba mucha gente y le daban plata. Que se yo. (Cada vez me caía mejor).

Pasaron 2 horas. Un convite de palabras de merienda. Hasta que volvimos a donde nos encontramos. Pelamos la manta. Los libros y listo. Nos instalamos a vender. (Ahora había un señor que hacía folklore, muy bueno por cierto, y algunos artesanos haciéndonos compañía. No nos iban a sacar a todos ¡La unión hace la fuerza!). Cosa rara. Llega la noche. Mi amigo teniendo tan solo 5 libros, vendió 3. Y yo teniendo 50, vendí tan solo 1, jaja. Nos fuimos a la terminal. Él a ducharse, por 15 pesos. Yo para volver y dejar que su recuerdo sea nada más que eso, un recuerdo. A todo esto. Anteriormente. Habíamos hablado de la posibilidad de seguir rumbo juntos. Hacia Rafaela primero. Y luego, a dedo, hasta llegar a Perú. Recordé que en casa tenía algunas cosas que hacer. Sino. Hubiera aceptado de buena gana. (De hace mucho tiempo que tengo ganas de viajar. De aventurarme como ese chico, poeta, músico de 22 años. Pero bueno…)

Nos separamos. ¡Linda sorpresa! Cuando llegué a la plataforma para tomar el cole a Paraná. 60 personas peleando por subir. Según me enteré después. Dos colectivos de la línea Fluviales no habían pasado. La cosa un caos a última hora. Pensé. ¿Y si vuelvo y lo busco a Nico? ¿Y si nos vamos juntos a quién sabe dónde?
Esperé el E.T.A.C.E.R. Eran las 23 menos 20. Recién llegué a casa. 00: 55 minutos. Que fiasco.
Habro el facebook. Agrego a mi nuevo amigo. Como. Duermo.

1ro de febrero.

Exe: loco cómo estás?

Nico: estoy intentando conseguir 70 pesos pero está difícil… así que no se cuando mierda me voy

Exe: eso pensé. loco, mañana voy para allá. me quiero ir ya… ya no se que hacer. Aguantame hasta mañana… pasame tu numero de cel luego te llamo.

Nico: bueno dale… pero me tengo que apurar ya me dijeron que están por Jujuy los chicos (Me lo pasa.)

Exe: mañana partimos. yo estoy recaudando plata.

Nico: yo estoy viendo sí mi vieja me manda 900 pesos para llegar a salta rápido. y después subir a donde están los chicos. en jujuy me dijeron que andan. yendo para Bolivia. estaría muy bueno que vengas, ya te dije que es una gran oportunidad

Exe: Te intenté llamar 3 veces ya, pero me marca ocupado. Quiero decir que estoy dispuesto a ir. Mañana a las 16 hs estaré allí en la Terminal de Santa Fe. Te agradecería que me esperes.

Nico: bueno dale te espero. capaz porque no hay señal igual yo voy a estar conectándome. en caso de que no hablemos ya nos vemos en la terminal directamente, yo estoy acá todavía

Exe: Ok. Confirmado, entonces. Nos vemos mañana a las 16. Me siento re bien.

Nico: dale. me alegra que hayas tomado una actitud valiente y te mandes a esta travesía

Exe: Gracias. yo también me alegro.

Próxima entrega: «Me estoy yendo hacia el norte»

Fuente: Red Social Facebook

(La Nota digital)

Un comentario sobre “De Paraná a Perú – Parte 1

Los comentarios están cerrados.